11 diciembre 2013

Hablando con mi hamburguesa.



Debe ser que es miércoles, daños colaterales o secuelas del padel, quién sabe, el caso es que hoy me he levantado blandito, románticón y observador. Os recomiendo que ni lo intentéis, soy la única persona, hombre, bicho raro, especimen o pirao de la vida capaz de hablar con una hamburguesa, si, así, como suena, pero cuidado... no es un simple trozo de carne entre pan y pan, es mi hamburguesa!!
Es bella, tierna, cariñosa, blanda y suave, es la única que me entiende, la miro, me mira, la leo y me lee, tengo muy claro que me la voy a trincar, de hecho está para comérsela ya mismo pero quiero verla bien, detenerme en ella... es que disfruto tanto mirándola...
Mi hamburguesa es sabia, me dice lo que debo de pensar, lo que tengo que olvidar, lo que es importante, lo que es baladí, me lleva la conversación, me cambia de tema cuando le interesa, me interesa o cuando se entretiene contando azulejos, es especial y completa, sin queso, lechuga, tomate ni vainas que la acompañen, es mi hamburguesa.
Me atrae, me absorbe, me obnubila, me atonta, que bonita es..., si es que es preciosa, no es una vulgar hamburguesa, es la pana, tiene un color único, tamaño ideal y aroma especial, la quiero, me vuelve loco, acabo de desayunar y ya la necesito, me muero por ella, no es un trozo de carne, es mi hamburguesa...
Ayer nos vimos, tuvimos un fugaz encuentro, estuvimos juntos, un visto y no visto, un te comería ya mismo, un te voy a comer, un te voy a hacer mía, un ¿yatá?.
No nos vemos lo que quisiéramos, a veces hasta a escondidas, el puto colesterol, los triglicéridos, la censura de quien yo me sé y el que dirán tiene la culpa, lo nuestro es un amor prohibido y secreto, nos amamos y es inevitable, nos atraemos sin remedio, la quiero, la deseo, es mi hamburguesa...
Que bonito es el amor, me vuelve loco la hamburguesa.
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