Hoy
le toca al día escolar por la no violencia, día de lucha contra el
acoso escolar, un día que como todos los días de algo debiera de
ser objeto de lucha de todos los días, un día cualquiera, como
tantos otros días como contra tantas cosas.
El
acoso escolar es esa terrible crueldad sin importancia que te amarga
la vida y marca la adolescencia, ese diario y gratuito sometimiento a
la humillación porque si, ese pavoroso miedo que te llega a provocar
síndrome de Estocolmo, esa cobarde y alevosa presión que te lleva a
la sumisión, que te hace ver responsable y culpable por llevar
gafas, tener sobrepeso, portar audífonos, vivir con cualquier
minusvalía o simplemente ser hijo de picoleto donde ser hijo de
picoleto está socialmente penado.
El acoso escolar es eso que se viene a llamar "Cosa de niños", un prepotente y cobarde ataque a más no poder contra el indefenso, un problema de todos y que empieza por todos y sobre todo por los padres de la chulería y la prepotencia. El acoso es lo que puede provocar que pase lo que lo que tiene que pasar y eso que... pocas cosas pasan.
El acoso escolar es eso que se viene a llamar "Cosa de niños", un prepotente y cobarde ataque a más no poder contra el indefenso, un problema de todos y que empieza por todos y sobre todo por los padres de la chulería y la prepotencia. El acoso es lo que puede provocar que pase lo que lo que tiene que pasar y eso que... pocas cosas pasan.
Y no es cosa de niños.