01 diciembre 2017

A tomar por culo!

Dentro de nada llega la Navidad y toca ser bueno así que hay que darse prisa que se nos hace tarde... Yo acabo de hacerlo.
Es fácil y lo puedes hacer de palabra, por guasap o simplemente pensarlo mientras  cierras el puño y estiras a la vez que levantas el dedo corazón, es una cuestión de higiene mental que convalida tercero de taichí, de hecho, donde esté el mandar a tomar por culo que se quite el yoga y la meditación, el mandar a tomar por culo es como recibir un tratamiento termal sin quitarte los gallumbos. Relaja.
Lo puedes acompañar (antes mejor que después) con un "Hasta los huevos", "Le manda cojones" o "Que te jodan, imbécil", el caso es hacerlo bien, aunque no lo digas, hazlo para ti, mayusculado, con guiones y acentuando monosílabos… "VÉ-TE-A-TO-MÁR-POR-CÚ-LO…"
El hecho en cuestión es un gesto patriota, algo tradicional y muy español y encima no tiene contraindicaciones ni efectos colaterales, no hay posología ni peligro de sobredosis y lo mejor de todo, ...te quedas como Dios.
Estos de los cansinos catalibanes hasta el higo así que... A tomar por culo!

02 noviembre 2017

Una patadita.


Aquello más que frigorífico era una nevera de hielo que ya cuando entró en casa era antigua de cojones. No tenía esquinas, sus bordes estaban redondeadas, era de tamaño medio y no sé de dónde habría salido, lo que sé es que compartimos muchos años juntos, toda mi infancia.
Aquello no enfriaba, aquello era un glaciar encerrado, enfriaba sin media, tanto que el hielo se escapaba por sus juntas hasta lograr abrir las puertas por lo que cada poco había de desenchufarla y dejarla abierta toda una noche para temperatura ambiente deshiciera  el iceberg.
Aquella nevera era muy graciosamente peculiar. Cuando teníamos visita en casa, sobre todo cuando venían a merendar mis tías que ya por entonces eran muy mayores, mi madre la desenchufaba no sin antes calcular de forma exacta el tiempo para evitar el desparrame de agua por el suelo… Aquella maniobra no era baladí, para nada, aquello estaba más que justificado en defensa de la integridad de las pobres tías, tenían perras pero tampoco era para cargárselas de un infarto…
De vez en cuando, cuando le venía bien, la nevera en cuestión que tenía vida propia, no es que vibrara, no, es que saltaba mientras emitía unas extrañas ventosidades  balanceándose sobre su posición hasta tal punto de temer que cualquier día tomara la puerta y se pirara… pero lo más curioso era el método para pararla… el gesto se familiarizó tanto que lo veíamos de lo más normal, le soltabas una patada y se estaba quietecita, y eso me ha hecho pensar, una patadita y a correr.
Cosas de mi dispersidad.

14 abril 2017

El tocinetas.


Ya lo decía Sir Francis Bacon, aquel canciller inglés con nombre de tocineta, "Nada se sabe bien sino por medio de la experiencia", que listo era el jodío... seguro que lo había probado.
Hoy quiero hablar del Bisolvón, ese rojizo mejunje mágico que por valer para todo, todo lo cura. Ya por el año 83, durante mi estancia como diácono en el convento de Úbeda pude apreciar las mil y un aplicaciones curativas del Bisolvon. Según entrabas en aquella habitación de clausura, sea cual fuere la sintomatología, el tratamiento siempre era el mismo, Bisolvon.
Que te dolía la cabeza... Bisolvon, que no te dolía, Bisolvon, que tenías tos..., Bisolvon, que no tosías, pues Bisolvon, el Bisolvon valía para todo, de ahí que no hiciera falta médico en aquel vetusto cenovio, allí hacía de sanitario cualquiera que hubiera aprobado con nota primero de cocción de huevos y corte de perejil.
Ni los aviones, ni la telefonía ni ná de ná, el Bisolvon es uno de los inventos de la historia. Hoy, treinta y cuatro años después de nuestra ordenación en el sacerdocio, la cosa no ha cambiado demasiado, la propedéutica y posología sigue siendo la misma, ni cucharilla ni hostias, el buche, la única variante es el nivel de resistencia del paciente y por ende el resultado.
Hoy, sea cuales fueren los síntomas, el resultado siempre el mismo, somnolencia y cagalera o lo que es lo mismo, ni tos ni leches, sólo hay que tomarlo para ir al baño y a la cama, defecar y dormir, por este orden, y así cada vez que te tomes Bisolvón te irás de varilla como un mirlo y acabarás más grogui que un argentino mudo.
Avisados quedáis que la experiencia es la madre de la ciencia, y eso no lo dijo el tocinetas ese.

30 enero 2017

Cosa de niños.


Hoy le toca al día escolar por la no violencia, día de lucha contra el acoso escolar, un día que como todos los días de algo debiera de ser objeto de lucha de todos los días, un día cualquiera, como tantos otros días como contra tantas cosas.
El acoso escolar es esa terrible crueldad sin importancia que te amarga la vida y marca la adolescencia, ese diario y gratuito sometimiento a la humillación porque si, ese pavoroso miedo que te llega a provocar síndrome de Estocolmo, esa cobarde y alevosa presión que te lleva a la sumisión, que te hace ver responsable y culpable por llevar gafas, tener sobrepeso, portar audífonos, vivir con cualquier minusvalía o simplemente ser hijo de picoleto donde ser hijo de picoleto está socialmente penado.
El acoso escolar es eso que se viene a llamar "Cosa de niños", un prepotente y cobarde ataque a más no poder contra el indefenso, un problema de todos y que empieza por todos y sobre todo por los padres de la chulería y la prepotencia. 
El acoso es lo que puede provocar que pase lo que lo que tiene que pasar y eso que... pocas cosas pasan.
Y no es cosa de niños.