28 noviembre 2024

El cuenco blanco.



Mi abuelo Domingo no se afeitaba por la mañana ni por supuesto a diario, de hecho le recuerdo siempre con una barba de varios días, canosa y de pelo muy duro,
En el corral, sobre una balda de madera y encima de la puila de lavar tenía una especie de cuenco de esmalte blanco, de pequeño tamaño, con el borde superior de color azul, sin asas y descascarillado por varios puntos y clavado en la pared, un espejo que colgaba por una cuerda de una alcayata oxidada.
Cada equis días y cuando al caer la tarde regresaba a casa junto a mi tío Faustino de trabajar, tras lavarse en la pila, vestido con pantalón y únicamente una camiseta blanca de tirantes... empezaba el espectáculo.
Mi abuela le rellenaba el cuenco con agua caliente y tras empapar bien la brocha en su interior, la frotaba una y otra vez haciendo círculos sobre sobre un jabón de afeitar de forma cilíndrica de la marca "La Toja". Yo alucinaba viendo cómo brotaba la espuma de aquella mágica brocha de pelo blanquinegro, era toda una alucinación ver cómo blanqueaba su cara con aquella brocha de mango anacarado.
Luego cogía la "Filomatic", un dispositivo metálico que girándolo por su base se abría para acoger una hoja de afeitar de doble filo, de aquellas "Gillette" de toda la vida. Con aquello barría la espuma de su cara pasándola de arriba a abajo y de abajo arriba varias veces. La dureza de aquella barba quedaba delatada `por un peculiar sonido que aún duerme en la memoria del oído. Lo del masaje facial posterior con "Varon Dandy" lo dejo para mí, una colonia que creo no haber vuelto a oler nunca pero que no dudo que cuando así sea me recordará a él.
Luego me tocaba a mi, me enjabonaba la cara casi hasta la altura de los ojos y tras retirar a mis espaldas la "Gillette", me daba el espejo para verme mientras me pasaba la "Filomatic" por la cara como antes había hecho él, me masajeaba como lo había hecho él y me regaba de "Varón Dandy" como él.
Yo me sentía mayor, con apeñas siete u ocho años ya era mayor. Aquel cuenco de esmalte blanco descascarillado, de pequeño tamaño, sin asas y con borde de color azul era nuestro, de mi abuelo y mío.
De nadie más. 

No hay comentarios: