18 abril 2012

El gimnasio



Ahora nos ha dado por ir al gimnasio, no nos ha quedado otra, si, ya lo ven, treinta años después volvemos a ponernos unas zapatillas de deporte, nosotros solo, sin ayuda de nadie, sin paracaídas, sin manual de instrucciones, a lo loco. Señor, señor...
Nobleza obliga. Hace como tres semanas que abandonamos el tabaco, dejamos de fumar, fuimos a una de esas brujas que te toca la cabeza, una oreja, la punta del pie y ya está, formateado el disco duro, olvidada la nicotina, sesenta pavos y arreando. No sabemos que es lo que hizo pero el caso es que no fumamos desde entonces pero... semanas después pasó lo que irremediablemente tenía que pasar.
Últimamente notábamos cierto crecimiento de la graciosa prominencia que desde años nos acompañaba, una súbita desproporción dimensional en la apariencia de nuestra barriguita hacia que por momentos mutara hacia lo mondongo, lo barrigón, lo ciertamente antiestético.
No era para menos, evidentemente se dispararon todas las alarmas y tras un puntual momento de reflexión nos decidimos a ello, nos pesamos. Error, craso error, cinco kilos en tres semanas nos obligaban a tomar drásticas y silenciosas medidas de disimulo cuando no erradicación de tan descomunal bulto, decimos lo de silencioso por que de enterarse la que vive aquí, volverían los candados a las alacenas, las campanillas en la despensa, las trampas en la nevera y demás métodos de tortura.
Hoy era el día, apadrinado por nuestro querido chugggi entramos en un gimnasio, hemos pecado, si, lo reconocemos, hemos faltado a nuestra palabra, a nuestro hasta ahora precepto sagrado de cruzar de acera antes de pasar por la puerta de alguno de estos antros del culto al cuerpo,  verdaderas mazmorras del dolor.
Allí dentro todo es diferente, es muy raro, no es tan fácil situarse, la verdad es que no nos enteramos de momento de que va esta película y les explico, lo que antes era boxeo con música ahora se llama bodycombat,  lo que antes podría considerarse una auténtica gilipollez por bailar cargado con pesas en los brazos ahora es una parece ser que gozada que se llama bodybump, lo que antes era pegarse una paliza en bici estática ahora es cicloindor pero hay más cosas, muchas más, verán, todavía no le he cogido el paso pero entre otras que no recuerdo también hay fitness acuático, streching, bodystep, aquagym, fitness y la de Dios. La viiiirgen, y nosotros que solo queríamos bajar barriga!!
El caso es que nos, todo modosito estábamos allí como un pulpo en un garaje, entre tíos como armarios empotrados, con musculitos hasta en las uñas, todos en una estética un tanto peculiar, cuidadosamente depilados, marcando paquete y metidos en unas mallas más apretadas que los tornillos de un submarino. Aquello era un pase de modelos, a cada cual más hinchado y extrañamente concentrados en lo que hacían, serios, muy serios, allí no se ríe ni el tato, joder, que daba hasta miedo sonreir! Nos recordaban a nuestro querido amigo y compañero Oscar,  armario de tres puertas al que cariñosamente llamamos "soplaportales", son tíos que seguro seguro que en Ryanair pagarían por tres.
Pero a lo que vamos, hoy hemos empezado y ya estamos muerto, muerto y matao, cuarenta minutos de "cicloindor" de ese y otros diez más o menos de cinta asesina nos han dejado para el arrastre, casi que nos estamos pensado que al fin y al cabo, a nuestra edad casi que la barriguita no nos queda ni tan mal... ¿o no?
Y mañana más musculitos, Dios proveerá.
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1 comentario:

liesar dijo...

:D:D:D:D:D:D:D:D:D:D:D:D:D:D