Evidentemente nada es como era, ni los sábados siquiera. Por entonces para mí eran cuando menos diferentes. En la mesa camilla de la cocina, mientras a mi espalda silbaba sin fin la humeante olla express con aquel apestoso aroma a garbanzos, yo hacía los deberes del colegio.
Todos, absolutamente todos los sábados preparaba mi madre el puto cocido de garbanzos, creo que de ahí me viene esta poca querencia hacia ellos, debe ser lo que hoy llaman "trauma de la infancia", lo sea no, a ello me acojo para no poder ni verlos.
Al terminar los deberes y mientras cruelmente oía por la ventana jugar a mis amigos en la calle, mi madre, con la esperanza de criar a un futuro médico, arquitecto a bogado o lumbreras cualquiera, me hacía tragarme el programa de televisión "Cesta y Puntos", un concurso a donde acudían los más empollones cara tristes con gafas de cada colegio, que lo mismo te traducían a Tito Livio que te resolvían un logaritmo neperiano o una integral imposible. Pobre ilusa...
Sobre la una del mediodía venía mi tío Domingo a buscarme para ir a comer y pasar la tarde en casa de mis abuelos. Cogíamos en autobús en Venta Berri y nos bajábamos en el Boulevard, y con él, en uno de aquellos bares de la Parte Vieja de San Sebastián probé mi primera cerveza. No me gustó nada, es más, no soporte ni el primer trago de su amargura y cuando le dije "no sé cómo te puedes beber ésto" me contestó con su indisimulable sonrisa... "Ya me lo dirás cuando seas mayor". Muchas de las veces que nos vemos lo seguimos comentando y se acuerda.
Con mi tío Domingo compartí gran parte de mi infancia y adolescencia hasta los quince años, hasta por falta de espacio llegamos a dormir juntos en la misma cama. Mi tío era lo mejor de los sábados, me tenía en cuenta, me hacía sentirme mayor y además me llevaba a estar con mis abuelos, no se le podía pedir más. Él me compró mi primera equipación futbolera, me contaba cosas, me escuchaba y encima, me rescataba y libraba de los garbanzos.
Mi tío Domingo era mi héroe.
2 comentarios:
Y esa equipación futbolera de la q hablas,no sería de la Real verdad??😉
Nooooooo, en mi casa eran todos merengones (y lo seguimos siendo)
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