08 marzo 2015

El tonto del tanganillo.

Menos mal que salgo poco por las noches porque a tenor de lo que hay tengo una cosa muy clara, que tengo imán para los gilipollas.
El día después de una noche de copas con seis amigos pues como que tampoco es el mejor momento para pensar, los dolores de cabeza no es que te lo faciliten demasiado pero bueno, aún a pesar de la resaca de Santa Teresa (la del ron digo), hay algo sobre lo que me si apetece escribir.
Hay que ver lo a gusto que se está con quien se está a gusto, gusta compartir pinchos, teatro, copas y risas con quien te gusta, de forma tranquila y sin meterte con nadie, te lo pasas bien y disfrutas con los amigos hasta que de buenas a primeras aparece el gilipollas y lo jode. Me refiero al tonto del tanganillo, si, hablo de ese personaje al que no se te ocurra mirar dos veces porque se ofende, un mermado que se considera por encima del bien y el mal, un perdonavidas que crea problemas donde no los hay, un armario empotrado que te mira con desprecio y te trata con desidia, un fantasmón hormonado, musculitos comehombres de bronceado hortera, cabeza cuadrada y rapado militar, un impedido con pectoral 7XL, camisa desabrochada y frontón depilado, un disminuido que vota, un tutelado con evidente sintomatología de indigencia intelectual y nítidos ademanes de matón de tres al cuarto que probablemente por deficiencia en el riego vascular tiene el hipotálamo más seco que la vagina de una momia. 
Un cantamañanas con paquete marcado en pantalón de piquillo que libera su frustrada vocación ejerciendo como portero de disco-bar con una llamativa prepotencia, chulería, falta de compostura, saber estar y educación hasta que "alguien" al que pretende amedrentar va y le contesta alguna cosita al oído que de repente le hace ver que acaba de equivocarse de cabo a rabo para de forma fulminante volver al mundo real y lo por sorprendente que pueda resultar, pedir perdón y desaparecer. 
El tonto del tanganillo es el típico elemento sumamente necesitado de practicar... yo qué sé..., jumping, puenting, paracaidisming o cualquier otro deporte de riesgo para que quizás con una buena hostia se arreglara lo suyo, si es que tiene arreglo, que lo dudo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido hermano,el subsodicho subnormal,no consiguió,ni conseguirá en su puta vida joder la noche a un grupo de buenos amigos...
Lo bueno de ir cumpliendo años es que aprendes a relajarte y dejando a los estériles que cuiden la puerta si eso.Igualico igualico que un rotvailer de esos...jajaja teníamos que habernos llevao a romanillo y que le mandase sit sit...quieto ahí..jjj